Estas son tus 10 hambres: hambre auditiva, hambre visual, hambre olfativa, hambre bucal, hambre táctil, hambre del corazón, hambre estomacal, hambre celular, hambre mental, hambre social y (aunque no la vamos a contar aquí) también SED que la confundimos muchas veces con hambre.
La primera vez que puse atención plena en la comida y comencé a estudiar, a recabar información, me quedé perpleja. Vivimos tan en piloto automático, sin prestarnos atención, sin saber qué sentimos, qué pensamos, y por supuesto: qué comemos y cómo lo comemos y para qué lo hacemos.
Soy una de millones de personas que ha sufrido TCA, un autocastigo infringido en forma de atracones y bulimia nerviosa, no voy a entrar en lo que la publicidad nos vende y como nos solemos autodestruir por no llegar a los estándares, y no aceptarnos tal y como somos. Aunque, sí lo voy a hacer en todo lo que la atención plena, enfocada en la comida y en nuestros hábitos, nos puede enseñar.
Mindful eating, cuando prestas atención todo es sabe mejor, te preguntas y te contestas, estás en la observación de lo que está sucediendo en el momento presente. Evalúas tus hambres, descubres cosas -inquietantes en ocasiones- y desarrollas un gran agradecimiento y una gran autocompasión. Comienzas a conocerte mejor, a quererte más, a darte cuenta de que no estás sol@, que hay muchos que sienten igual que tu. Y todo esto te hace sentir bien, mejor, y saborear la vida desde otro prisma.
Si quieres saber más: Comer Atentos de Jan Chozen Bays. Mindfuleating. El Sabor de la Atención de Javier García Campayo.
Pregúntame por la próxima formación de MindfulEating, te sorprenderá y te encantará 😉
Aún queda mucho por descubrir.
Una Respiración a la Vez, Un Bocado a la Vez, Un Paso a la Vez.